La Conferencia de París (1919) y el Consejo de los Cuatro.
En enero de 1919 se reúnen en París con la dirección del Comité de los Cuatro ( Wilson, presidente de Estados Unidos: Lloyd George, premier británico, George Clemenceau, primer ministro francés y jefe del ejecutivo italiano Orlando). Pactan entre sí, las negociaciones futuras con los vencidos.
Veamos las posiciones de los países vencedores:
Memorandum de Lloyd George, 25 marzo 1919
“Desde todos los puntos de vista, me parece que debemos esforzarnos por establecer un acuerdo de paz como si fuéramos árbitros imparciales, olvidándonos de las pasiones de la guerra. Este acuerdo deberá tener tres objetivos: ante todo, hacer justicia a los Aliados, teniendo en cuenta la responsabilidad de Alemania en los orígenes de la guerra y en los métodos de guerra; seguidamente, el acuerdo debe ser de tal manera que un gobierno alemán consciente de sus responsabilidades pueda firmarlo estimando que podrá cumplir las obligaciones que ha suscrito; por último, este acuerdo no deberá tener ninguna cláusula cuya naturaleza pueda provocar nuevas guerras, y deberá ofrecer una alternativa al bolchevismo, porque será para las gentes razonables una solución igualitaria del problema europeo.”
El Presidente Wilson dirigiéndose a Clemenceau en el Consejo de los Cuatro.
“Espero que Vd. esté de acuerdo, en principio, como el Sr. Lloyd George en la moderación que es necesario mostrar con Alemania. No queremos ni podríamos destruirla: nuestro mayor error sería darle razones poderosas para que quisiera un día tomarse la revancha. Cláusulas excesivas sembrarían la semilla segura de la guerra (...) Es necesario que evitemos dar a nuestros enemigos la impresión de injusticia. No temo para el futuro las guerras preparadas por complots secretos de los gobiernos, sino más bien los conflictos creados por el descontento de las poblaciones. Si nos hacemos a nosotros mismo culpables de injusticia, ese descontento es inevitable.”
El jefe de gobierno francés, Georges Clemenceau, dirigiéndose al Consejo .
“Tomo acta de las palabras y de las excelentes intenciones del Presidente Wilson. Él elimina el sentimiento y el recuerdo: es ahí donde tengo una observación que hacer respecto a lo que acaba de decir. El presidente de EE.UU. desconoce el fondo de la naturaleza humana. El hecho de la guerra no puede ser olvidado. América no ha visto esta guerra de cerca durante los tres primeros años; nosotros, durante ese tiempo, perdimos un millón y medio de hombres. No nos queda mano de obra. Nuestros amigos ingleses, que han perdido menos que nosotros, pero lo bastante para haber también sufrido mucho, me comprenderán.
Las pruebas que hemos debido pasar han creado un sentimiento profundo sobre las reparaciones que nos son debidas; y no se trata sólo de reparaciones materiales: la necesidad de reparaciones morales no es menos fuerte (...)
Buscáis hacer justicia a los alemanes. No penséis que ellos nos van a perdonar, buscarán la ocasión de la revancha, nada destruirá la rabia de aquellos que han querido establecer su dominación en el mundo y que se han creído tan cerca de conseguirlo.”
- Tratado Secreto de Londres, (1915): Italia se incorpora al conflicto al prometérsele (Inglaterra y Francia) anexiones territoriales (Trentino, Alto Adigio, Istria, la mayor parte de Dalmacia, Libia, Eritrea, Somalia).
- El Acuerdo Sykes-Picot (1916): Francia y Gran Bretaña acuerdan el reparto de las posesiones del Imperio Turco.
- La Declaración Balfour (1917): Inglaterra promete a organizaciones sionistas la cesión de parte de Palestina.
Una de las primeras consecuencias fue la desmembración de los Imperios Centrales (Alemania, Austria-Hungría y Turquía).
Otra es la creación de la Sociedad de las Naciones por inspiración del presidente Wilson. Estados Unidos, convertido en prestamista de los países europeos, pasa a tener preponderancia mundial. El mundo, como dice Hobsbawm, deja de ser eurocéntrico.
Bombardeo de la Catedral de Reims en Francia |
Veamos cómo un importante geógrafo francés preanuncia el cambio político en el mundo:
Hasta ahora era un principio básico de geografía económica que Europa dominaba el mundo con toda la superioridad de su alta y antigua civilización. Desde siglos, su in fluencia y prestigio irradiaba hasta los confines de la tierra. Europa enumeraba con orgullo los países que había descubierto, los pueblos que había alimentado con su esencia y formado a su imagen, los sociedades que había coaccionado a imitarla y servirla.
Cuando se piensa en las consecuencias de la gran guerra que acaba de terminar (...), cabe preguntarse si no palidece la estrella de Europa y, si con el conflicto en el que tanto ha sufrido no ha comenzado para ella una crisis vital que presagia su decadencia. Diezmando su multitud de hombres, vastas reservas de vida de donde extraía fuerzas el mundo entero; dilapidando sus riquezas materiales, precioso patrimonio ganado con el trabajo de generaciones; desviando durante años los espíritus y los brazos de la labor productiva hacia la bárbara destrucción; despertando con ese abandono las iniciativas latentes o adormecidas de sus rivales, la guerra ¿no habrá asestado un golpe fatal a la hegemonía de Europa en el mundo? (…)
El final del siglo XIX ya nos mostró la vitalidad y potencia de ciertas naciones extra-europeas, unas, como los Estados Unidos nutridas de sangre de la misma Europa, otras, caso del Japón, formadas a partir de sus modelos y consejos. La guerra, al precipitar el despegue de estos recién llegados, al provocar el empobrecimiento de las virtudes productivas de Europa, al crear de esta manera un profundo desequilibrio entre ellos y nosotros, ¿no ha abierto para nuestro viejo continente una crisis de hegemonía y expansión?"
Albert Demangeon
Le declin de l'Europe
París, 1920
Alemania: Perdió Alsacia y Lorena, se creó el corredor del Dantzig, que separó a Prusia, fue despojada de sus colonias en Africa. Los recursos mineros de la región del Sarre, pasaron a ser explotados por Francia por quince años. La Prusia Oriental y el corredor del Dantzing pasaron a manos polacas. En el norte perdió el ducado de Schleswig a favor de Dinamarca.
En 1921 se fijó la reparación de guerra en 132.000 millones de marcos oro (35000 millones U$D), tenía que entregar a los aliados su flota mercante, parte de la producción de carbón y hierro. Alemania siempre se negó a reconocer las nuevas fronteras que se le habían impuesto.
Alemania debió firmar el Tratado de Rapallo en mayo de 1922, por el que establecía relaciones diplomáticas con la URSS, convirtiéndose en la primera nación que reconoció el régimen bolchevique.
El economista Keynes opinó sobre las reparaciones de guerra impuestas a Alemania:
“Si lo que nos proponemos es que, por lo menos durante una generación Alemania no pueda adquirir siquiera una mediana prosperidad; si creemos que todos nuestros recientes aliados son ángeles puros y todos nuestros recientes enemigos, alemanes, austriacos, húngaros y los demás son hijos de del demonio; si deseamos que, año tras año, Alemania sea empobrecida y sus hijos se mueran de hambre y enfermen, y que esté rodeada de enemigos (...) Si tal modo de estimar a las naciones y las relaciones de unas con otras fuera adoptado por las democracias de la Europa occidental, entonces, ¡que el Cielo nos salve a todos!. Si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, no dudo en predecirlo, no tardará.” J.M. Keynes, Las consecuencias económicas de la paz, 1919
El Plan Dawes de 1924.
Este Plan tendió a reducir la tensión internacional en vista de la situación causada a Alemania tras el Tratado de Versalles. El financiero y político estadounidense Charles Dawes propuso que se redujeran las cantidades que Alemania debía pagar, se flexibilizara el término de las cuotas de reparación y se le concedieran prestamos a Alemania. Los políticos nacionalistas alemanes lo rechazaron pero su canciller Gustav Stresemann consiguió que el parlamento alemán aprobara esta ayuda.
Países Bálticos: Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania adquirieron su independencia. Estos territorios que Rusia había cedido a Alemania por el Tratado de Brest Litovsk, por el Tratado de Versalles esta última tuvo que renunciar a ellos. La idea de los aliados era imperdir la expansión bolchevique.
Europa antes de la IGM y luego de los Tratados de Versalles, Saint Germain, Trianon, Neuilly y Sévres. |
- El tratado de Versalles: con Alemania. (junio 1919)
- El tratado de Saint-Germain: con Austria (septiembre de 1919).
- El tratado de Trianon: con Hungría (junio de 1920).
- El tratado de Neuilly: con Bulgaria (noviembre de 1919).
- El tratado de Sèvres: con Turquía (agosto d 1920).
AISLACIONISMO ESTADOUNIDENSE
Veamos otra opinión de políticos estadounidenses (aislacionistas) distinta de Wilson Premio Nobel de la Paz 1919, representada por el senador Cabot Lodge, predominantes en el partido republicano quienes frustraron los esfuerzos del presidente Wilson (demócrata) para que Estados Unidos entrara en la Sociedad de Naciones en 1919.“Deseo que nuestros representantes decidan, después de una madura reflexión, si están dispuestos a contemplar a la juventud de los Estados Unidos conducida al combate por otras naciones sin tener en cuenta lo que ellos o sus representantes desean. Quisiera que decidieran después de una madura reflexión, si están dispuestos a ver a los Estados Unidos forzados a entrar en guerra, contra su voluntad, por las otras naciones.Lo que deseo por encima de todo es ver a nuestros soldados en sus hogares. La creación de la Sociedad de Naciones no les llevará a ellos. Traigámoslos a su patria cuanto antes y para eso, hagamos la paz con Alemania, hagámosla ahora y no la retrasemos hasta que el complejo problema de la Sociedad de Naciones se pueda arreglar con todo el cuidado y atención que merece. ¿Qué es lo que retrasa la paz con Alemania? La discusión del asunto de la Sociedad de Naciones y nada más (…) la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado de EE.UU. 28 de febrero de 1919 Republicano, embajador en Alemania, Vietnam.
La constitución de la S.D .N. que estamos estudiando implica un problema que sobrepasa con mucho todos los demás. Se nos pide que abandonemos por primera vez la política exterior de Washington (...) Tenemos en este país un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, el mejor y más libre gobierno del mundo. A este gobierno, que era el de Lincoln, se le pide que para muchos asuntos importantes se constituya en un gobierno de, por y para otros pueblos.“
Henry Cabot Lodge, Jefe de