25.7.11
Carteles
12.7.11
Futurismo y Vorticismo
El siguiente texto fue redactado por el Prof. Mariano LeVatte:
Fue un movimiento netamente italiano, que a diferencia de otros movimientos plásticos europeos nace creado por un poeta: Filippo Tomasso Marinetti (1876-1944). Este movimiento difiere en varios puntos de los otros movimientos contemporáneos (como el fauvismo, expresionismo o cubismo), empezando por decir que se escogió su propio nombre -Futurismo- luego de dudar entre nombres como ‘Dinamismo’ o ‘Electricidad’, y se preocupó de definir de manera verbal y escrita su ideología y dirección, iniciando así la era de ‘los manifiestos’ (que posteriormente imitarían tantos otros grupos o movimientos artísticos). El primer ‘manifiesto’ fue escrito por Marinetti en 1908. En realidad aparece como prólogo a un libro de poemas de Marinetti publicado en Milán en enero de 1909. Sin embargo la repercusión definitiva la obtiene al ser publicado en francés, en la primera plana de Le Fígaro de París, el 20 de febrero de 1909, fecha que suele tomarse como el nacimiento del Futurismo.
Mas consciente que la mayoría de sus contemporáneos del floreciente poder tecnológico que invadía Europa, Marinetti vislumbraba un tipo de arte que demoliera las artes del pasado y celebrara la Velocidad, el Dinamismo, la Electricidad y la Energía Mecánica.
En parte estas aspiraciones obedecían a que Italia, paradójicamente, era el país europeo que menos se había desarrollado a nivel industrial y tecnológico.
Durante la primera década del siglo XX, los artistas italianos veían surgir distintas expresiones y movimientos a través de algunas exposiciones de los fauvistas, expresionistas o cubistas que llegaban a Milán, y tal vez su respuesta a esas ‘invasiones culturales extranjeras’ era proponer una nueva visión del mundo que reemplazara a todos esos movimientos ajenos a sus intereses heroicos y guerreros.
El 11 de febrero de 1910, tres pintores italianos, Umberto Boccioni, Luigi Russolo y Carlo Carrá, dan a conocer El Manifiesto de los Pintores Futuristas, inspirados y supervisados por el propio Marinetti.
Pronto se suman a ellos los pintores Giacomo Balla y Gino Severini.
Los pintores Futuristas en esa época no estaban demasiado enterados de las concepciones artísticas transalpinas, pero sí admiraban a (y estimulaban su imaginación con) filósofos o líderes políticos como Frederik Niestzche o Mikhail Bakunin, entre otras plumas no menos intensas.
Si bien en sus manifiestos los Futuristas casi no hacían mención sobre cuestiones técnicas de la pintura en sí, casi todos ellos habían incorporado las teorías del Divisionismo que desarrollaron los neoimpresionistas un cuarto de siglo atrás.
La 1° Exposición Futurista importante tuvo lugar en Milán, y se inauguró el 30 de abril de 1911. La novedad de esta muestra residía mas en la puntual originalidad del tema que en su idioma pictórico en sí.
La anécdota es que el crítico florentino Ardengo Soficci hizo una crítica tan tremenda a los Futuristas, que pocos días después Marinetti, Carrá y Boccioni viajaron a Florencia para atacar a Soficci mientras estaba en un café. La pelea concluyó con la intervención de la policía que puso a los invasores milaneses en un tren. Lo increíble es que este episodio terminó pocos días después con la amistad de Soficci y los agresores Futuristas, convirtiéndose incluso en uno de sus mas fervientes voceros.
Russolo, Carrá, Marinetti y Boccioni |
Gino Severini, que residía en París, invita a Marinetti y Boccioni a la ciudad luz y les presenta a Picasso y a Braque, lo que beneficia enormemente a los Futuristas ya que esta influencia cubista sumada a su ya bien trabajada técnica del Divisionismo, termina por afianzar el estilo del movimiento, ávido de captar la simultaneidad y la dinámica de las formas, según se lo reconoce en pinturas como ‘Dinamismo di un giocattore di clacio’, de Umberto Boccioni (1913), o ‘Armored Train in Action’, de Gino Severini (1915).
"Caballo y jinete" de Carrá, 1913 |
Inspirador de Dada y pionero del arte Conceptual, el Futurismo básicamente anteponía la Idea al Estilo, desafiando no solo los valores artísticos tradicionales sino también las ambiciones estéticas de la mayoría de los vanguardistas.
Además, el resultado visual de sus pinturas al ser una especie de cubismo muy colorido, reinfluenció a su vez a cubistas franceses y de otras nacionalidades, haciéndoles abandonar los caminos casi monocromáticos de Picasso y Braque.
ESCULTURA FUTURISTA
Boccioni una vez más es el encargado de redactar un manifiesto de la escultura Futurista, ‘contra la tradición greco-miguelangelesca de la estatuaria’, reclamando una renovación totalmente radical.
La Arquitectura italiana tampoco escapó a la influencia del Futurismo. En 1914 el arquitecto Antonio Sant’elía presentó un manifiesto de la arquitectura Futurista, cuyas ideas (que abogaban por un cambio radical en los materiales usados hasta el momento para la construcción) en parte no pudieron ser puestas en práctica a causa de la guerra, aunque sí fueron muy bien interpretadas por los Futuristas o Constructivistas rusos, al final de la primera guerra mundial, así como los arquitectos holandeses de De Stijl y los arquitectos y diseñadores de la Bauhaus.
El comienzo de la primera guerra mundial es el fin del futurismo. Algunos de sus miembros mueren en el frente (Boccioni, Sant’Elía) otros son heridos, pero al terminar la guerra cada uno tomó caminos mas tradicionales, mas cercanos a esa gran tradición del pasado que una década antes intentaban destrozar.
(Fuentes: Diccionarios varios, N. Lynt: ‘Futurismo’, revista Beaux-Arts, octubre 1987)
VORTICISMO
Este movimiento netamente inglés se centra en la figura del artista Wyndham Lewis (1884-1957), fundador de la revista Blast (en inglés: ráfaga, ventarrón fuerte) que a pesar de haber tenido solo dos números (uno aparecido en el otoño de 1914 y el último en el verano de 1915) fue el núcleo de un grupo de artistas entre los cuáles figuraban también Edward Wadsworth, Frederick Etchells y William Roberts, entre otros pasajeros como por ejemplo el escultor Jacob Epstein.
La mayoría de las obras de estos artistas (reproducidas en la revista Blast) han desaparecido y solo se tiene constancia de ellas a través de las páginas de Blast.
Este movimiento es consecuencia directa del Futurismo y el Cubismo (motivo por el que ha sido identificado por algunos críticos no ingleses como ‘Cubo-Futurismo’, designación que no agradaba en absoluto a los Vorticistas).
Como el Futurismo, este movimiento debe su nombre a un poeta, el poeta norteamericano Ezra Pound, que por entonces vivía en Londres.
Pound era amigo y colaborador de Wyndham Lewis, y fue quien describió en un artículo del diario la diferencia entre el Futurismo y la pintura de Lewis, inventando el nombre de Vorticismo (Vórtice: centro de un ciclón, torbellino) para transmitir la imagen de ‘remolino’ o ‘torbellino’ o ‘vórtice’ que inspiraban esas obras.
Aunque suele minimizarse a este movimiento, considerándoselo simplemente como una adaptación británica del Futurismo y el Cubismo (lo que a su vez no es falso) hay que reconocer que el Vorticismo posee una ‘violencia y brutalidad propias’, (diferentes del romanticismo verbal, apasionadamente latino que caracterizó al Futurismo, o al idealismo intelecto-formal del Cubismo), y que interpreta como ningún otro la época de deshumanización mecánica a la que se encaminaba Europa, contribuyendo también al diseño gráfico (la revista Blast es pionera en vanguardia tipográfica y diagramación del siglo XX) adelantándose a la Bauhaus y al grupo De Stijl.
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